AMP: Documento del mes: Abril, 2018
Los archivos son los depositarios de la memoria de los pueblos, por lo tanto la divulgación de sus fondos contribuye a la recuperación de la misma. Por ello el Archivo Municipal de Plasencia pretende acercar a los ciudadanos el patrimonio documental placentino a través de pequeñas muestras mensuales de documentos municipales, testimonios de nuestro pasado que nos irán ilustrando sobre aspectos inéditos o menos conocidos de nuestra historia.
DOCUMENTO DEL MES. ABRIL 2018.
1822, marzo, 20. Plasencia
Escrito dirigido a las Cortes por la ciudad de Plasencia, alegando las razones que deben tenerse en cuenta para situar la capital de la Alta Extremadura en dicha ciudad.
Escrito dirigido a las Cortes por la ciudad de Plasencia, alegando las razones que deben tenerse en cuenta para situar la capital de la Alta Extremadura en dicha ciudad.
NOTA HISTÓRICA.
El proyecto de división provincial (Decreto de las Cortes de 27‐1‐1822) introdujo ciertos parámetros demográficos, económicos y geográficos, perfeccionando el primer intento de las Cortes de Cádiz de 1813. Hubo unanimidad de los legisladores, salvo en lo referente a la capitalidad, sobre lo que se luchó encarnizadamente. En el caso extremeño se dio esta pugna entre Mérida‐Badajoz y Plasencia‐Cáceres. Los placentinos se movilizaron rápidamente, celebrándose una Junta el 30 de marzo de 1821 en el palacio episcopal, en la cual se nombraron unos comisionados para que fueran a Madrid a gestionar la capitalidad en Plasencia. También recibieron apoyos de los pueblos de la Vera, Sierra de Gata y las Hurdes, desde los cuales igualmente se enviaron escritos al soberano Congreso Nacional, como el enviado en septiembre de 1821 desde Jarandilla en representación de los pueblos de la Vera, donde se resaltaba el mayor número de pueblos ubicados en la margen derecha del Tajo, distantes de Cáceres la mayor parte mas de un duplo que de Plasencia, con una mayor demografía, y se señalaba que Plasencia tenía «edificios mas apropósito para Universidad y Oficinas, un magnifico Hospital general, Hospicio, doce Posadas cómodas, Imprenta, un río que la circunda, abundancia de las mas esquisitas aguas, vinos sobresalientes, sabrosas frutas, nieve, helados, caza, pesca, leña y cuantos artículos son necesario a la vida humana», resaltando de Cáceres «la escasez de este Pueblo, que en muchos artículos se surte de las sobras de Plasencia», siendo Plasencia la capital de su Regimiento Provincial, ser sede episcopal y contar con un Seminario Conciliar. Otro argumento esgrimido por los contemporáneos, y no de menor importancia para la época, era la barrera que suponía el paso del río Tajo, que sobre todo en invierno venía tan caudaloso que los viajeros peligraban en las barcas, así como atravesar los grandes despoblados de la margen izquierda del Tajo, que eran reductos de salteadores.
Posteriormente, al no conseguirse la capitalidad, se intentó que el rey no sancionase el decreto de las Cortes. El documento aquí mostrado nos manifiesta que, a pesar de haber sido aprobado, sancionado y promulgado (3 de marzo de 1822), Plasencia aún intentó que se revocase, pero no lo consiguió pues ya por R. Decreto del 10 de marzo de 1822 se había nombrado a José Álvarez Guerra Jefe Político de la nueva provincia de Cáceres.
Tras la abolición del Trienio Liberal (1820‐1823) y restablecido de nuevo el absolutismo, se volvió a las antiguas estructuras territoriales y políticas, constituyéndose de nuevo Extremadura en una sola provincia.
Fallecido Fernando VII (29 de septiembre de 1833) y terminado el segundo periodo absolutista, la cuestión provincial se reanudó con la Regencia de María Cristina, resolviéndose de una manera rápida por el entonces ministro de Fomento Javier de Burgos, quien, retomando el proyecto de 1822 con unas pequeñas modificaciones, logró que se aprobase el decreto el 30 de noviembre de 1.833, quedando constituida España en 49 provincias, si bien a principios del siglo XX quedó ya conformada en 50 al dividirse las islas Canarias en dos provincias.
No obstante el Ayuntamiento placentino volvió de nuevo a intentarlo en diferentes momentos, uno de ellos en 1837, con motivo de la redacción de una nueva constitución, por lo que se mandaron escritos impresos al Congreso Nacional. Todos los sucesivos intentos por parte de Plasencia de alcanzar la capitalidad a lo largo del S. XIX no llegaron a alcanzar el éxito.
Comentarios
Publicar un comentario